Te comparto la
reflexión correspondiente al Cuarto Domingo de Pascua Ciclo C 2019, sobre las
lecturas de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.
(Note: This is a sponsor's page)
Nota acerca de la fecha: En el 2019, corresponde al Domingo 12 de Mayo.
Pascua,
misión, Espíritu, compromiso, plenitud, son las palabras claves que sintetizan
el mensaje de las lecturas de este 4.º domingo de Pascua.
Veamos
las lecturas:
Sabed que nos dedicamos a los gentiles
En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: "Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."" Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
La primera lectura nos presenta hoy a Pablo y Bernabé comprometidos en la misión: vivir a la manera de Jesús, anunciar a Jesucristo, vivir según los valores del Reino de Dios, construir comunidades cristianas fervorosas, para que sean faro en medio del ambiente en el que están. La misma tarea, pero en circunstancia diferentes, nos corresponde realizar hoy. Cada cristiano, desde su estilo de vida, desde el contexto en que vive, desde el lugar que ocupa en la Iglesia, desde su vocación está llamado a trabajar en esta obra.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos va mostrando, con los acentos teológicos y espirituales propios de san Lucas, el proceso de expansión del Evangelio y de constitución de la Iglesia del primer siglo. Inicialmente, el mensaje está destinado a los israelitas, pero –según nos lo dice san Pablo – por causa de su cerrazón, el mensaje se dirige a los no israelitas, a toda la humanidad. Notemos que el rechazo adquiere connotaciones violentas: no solo se reduce a permanecer impermeables al mensaje, sino que los apóstoles son expulsados de la sinagoga y son amenazados. Dos elementos aparecen en este tramo de la reflexión:
1. Nuestra actitud ante el mensaje de Dios, ante su propuesta. Hay diferentes modos de ‘impermeabilidad’ ante el proyecto que Dios nos propone. ¿Cuál es mi actitud ante el mensaje de Jesús?
2. La negación de los espacios de participación: no se permite la entrada, no se permite la expresión. ¿Cuáles son los modos a través de los cuales el evangelio es silenciado?
Llama la atención la actitud de los primeros cristianos misioneros: su fortaleza, su fuerza de voluntad, su convicción, su grado de compromiso, su solidaridad para evangelizar. ¿Qué hubiera sucedido sin cristianos de la talla de Pedro, Felipe, Bernabé, Pablo, Silas, Priscila, Dámaris, Evodia, Síntique, Trifena y Trifosa? …(Estos últimos cinco nombres son raros para nosotros; frecuentemente los pasamos por alto, pero son los nombres de cinco mujeres que se comprometieron con la causa del Evangelio y con la construcción de la Iglesia).
Debemos, hoy, aspirar a tener cristianos y cristianas de esta talla… Seguramente los hay, pero necesitamos más y mejores: ardorosos, responsables, comprometidos, que sean capaces de ir más allá del cumplimiento de la misa del domingo.
Lucas quiere dejar clara la relación entre la Resurrección de Jesús, la experiencia pascual, la expansión del evangelio y la constitución de la Iglesia. Los cristianos de hoy debemos entender que hacemos parte de ese inmenso río de fe, que nació gracias a la experiencia de Pascua, gracias a la acción del Espíritu Santo y gracias al esfuerzo de muchos creyentes, que nos precedieron en la fe. ¿Valoramos adecuadamente todo esto?
Los acentos de esta lectura:
1. La difusión de la Palabra de Dios, por la predicación de los discípulos, que se dejan guiar por el Espíritu Santo. Los tres elementos son claves:
2. Los obstáculos que – en algunos ambientes – va encontrando la Iglesia para el desarrollo de su misión. Estos obstáculos siempre han existido, desde el comienzo del cristianismo. Hay que saberlos anticipar, identificar y sortear. Para eso se requiere oración, ardor espiritual, discernimiento y organización (evangelizadora y pastoral). Pero lo que más debe preocupar a la Iglesia, en el desarrollo de su misión, no son los obstáculos externos (esos son normales). Lo que debe cuidar es que ella misma (por su incoherencia, desorganización y antitestimonio) se transforme en obstáculo para el desarrollo de la misión que Jesús le encomendó.
3. La tarea de
iluminar: Los cristianos
no debemos olvidar que, allí donde estemos, debemos ser luz. Dios nos
ilumina y, además, nos hace luz, nos transforma en luz. Fue lo que quisimos
expresar al encender nuestras pequeñas velas en el gran cirio pascual que
representa a Cristo, ‘Luz del mundo’. Pero ¿Qué significa ser luz? ¿Cómo ser
luz en el mundo actual? ¿Cuáles son los ambientes de oscuridad – de nuestra
sociedad y de nuestro mundo – que necesitan ser iluminados? ¿Cuáles son los
espacios oscuros en nuestra propia vida?
4. El compromiso en medio de la acogida y el rechazo: El cristiano no debe desanimarse porque el mensaje de Jesús sea
rechazado. La tarea es amplia, inacabable, extensa, exigente. Así como hay
ambientes y personas que rechazan a Jesús, habrá otros que lo acogerán. El
evangelizador debe moverse en la esperanza y realizar su tarea dentro de un
espíritu de apertura, de paz y de respeto.
El Cordero será su pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas
Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: - "Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos."
La segunda lectura quiere subrayar la comprensión de Dios que tienen los cristianos y subrayar la identidad de Jesús. Dios es Padre de todos, sin excepción alguna. Todos los que acojan el llamado de Dios hecho en la persona de Jesús son recibidos en la plenitud de la vida.
Los acentos de esta lectura:
1. Persecución y fidelidad: Seguimos leyendo el texto del libro del Apocalipsis. Recordemos que el libro surge en un contexto de persecución (a finales del siglo I de la era cristiana). Las comunidades cristianas perseguidas sufren, y, muchos creyentes atemorizados y desanimados abandonan la fe. Es necesario animarlos, sostenerlos en la tribulación y mantener un horizonte que es fundamental: la esperanza.
2. Lo esencial del proyecto de salvación: En ese contexto, la experiencia que Juan ha tenido (la visión) le ha mostrado lo esencial:
3. Lo que el libro del Apocalipsis propone es la visión última, aquella que nos muestra la metas…Es en esta visión que se sostiene la esperanza cristiana.
¿Alimentamos nuestra esperanza?
Yo doy la vida eterna a mis ovejas
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."
Los acentos de esta lectura:
Para seguir reflexionando:
1. ¿Cómo vemos la evangelización en la actualidad?
2. ¿Cuenta, hoy, la Iglesia con los ministerios (servicios) que necesita para realizar bien su misión?
3. ¿Cuáles son los retos que debe enfrentar, hoy en día, la pastoral de la Iglesia?
Terminemos nuestra oración orando con el…
R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios: que Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
"El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades." R.
¿Tienes alguna pregunta, duda, inquietud, sugerencia o comentario acerca de estas reflexiones?
Regresar al comienzo del 'Cuarto Domingo de Pascua Ciclo C 2019'
You may wonder, 'how can I be part of the solution', 'how can I contribute?'. Learn more...