En Defensa de la Fe


Cuarto Domingo de Adviento Ciclo A 2016

Te comparto la reflexión correspondiente al Cuarto Domingo de Adviento Ciclo A 2016, sobre las lecturas de la Biblia que se proclaman durante la Eucaristía de este día.



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Nota acerca de la fecha: En el 2016, corresponde al Domingo 18 de Diciembre.



¡Qué duro es sentirse abandonado, olvidado, no significativo para nadie!

 

Sin duda, las relaciones nos hacen existir humanamente; los vínculos le dan sentido a nuestra vida. Desde esta perspectiva, podemos acercarnos – en este tiempo de Adviento – al acontecimiento del nacimiento de Jesús: Dios es relación, comunicación, encuentro. Y no quiere que la humanidad esté sin Él. Por eso las lecturas de la Biblia de este domingo nos recuerdan que celebrar la Natividad de Jesús (la encarnación) es celebrar el hecho de que Dios esté con nosotros. Eso es Jesús: “Dios–con-nosotros” para darle sentido a la vida, para vencer el mal, para desarrollar procesos creativos.




“Jesucristo, eres Dios–con-nosotros. Tú das sentido a nuestra vida”“Jesucristo, eres Dios–con-nosotros. Tú das sentido a nuestra vida”




Isaías 7,10-14

Mirad: la virgen está encinta

 

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"."

 

 

En la primera lectura, el profeta Isaías anuncia que Dios no abandona al pueblo de Israel (que simboliza todo pueblo, la humanidad entera), sino que quiere estar con él, acompañarlo en su recorrido histórico. E invita al pueblo a poner en Dios su esperanza.  

 

Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto del libro del profeta Isaías:

 

  • 1.   Debemos estar atentos a los signos de Dios en nuestra vida; a las señales de su presencia y de su acción. Personas, acontecimientos, experiencias, etc. Todo puede ser mediación de la comunicación de Dios.  

 

  • 2.   Es significativo que Dios opte por estar con nosotros. Pero hay maneras diversas de estar. Dios quiere estar con nosotros, amando, salvando, creando, rescatando, restaurando. Vale la pena dar la vuelta a la cuestión y formular dos preguntas: Y nosotros ¿realmente queremos estar con Él? ¿Cómo es nuestro ‘estar con Él’? Y ¿Cómo es que estoy yo con los ‘otros’? ¿Cómo ES mi presencia en el mundo?

 

  • 3.   Aprender a decir lo que es mejor para todos.

 

  • 4.   Aprender a buscar solución  a los conflictos no por las armas, sino desde el diálogo y la claridad espiritual.

 

Recordemos que hacia el año 734 a.C., el rey Acaz reinaba en Judá, que era la parte sur del país, que se había dividido.  Judá gozaba de cierta prosperidad económica y de una relativa tranquilidad política.

 

Pero el imperio Asirio amenazaba con invadir toda esta región. Las cosas se complican cuando Pekaj (rey de la parte norte del país) intenta aliarse con otros reyes para atacar a Asiria. Pekaj invita a Acaz a entrar en esta alianza  anti-Asiria,  pero Acaz se rehúsa. Esto provoca la ira de Pekaj, que se une al rey de Siria para agredir a Judá. Acaz se asusta y decide, a su turno, pedir ayuda a los mismos asirios para hacer frente a este ataque.

 

En ese contexto, el profeta Isaías aparece y advierte al rey Acaz que esa no debe ser la manera de resolver la situación, y que debe asumir una postura menos guerrerista y más espiritual: confiar en Dios y no en las ‘otras potencias’; resolver el problema por el diálogo y no por las armas.

 

Isaías le advierte que aliarse con Asiria puede resolver momentáneamente el problema, pero que – a la larga – Asiria se aprovechará de la situación y se apoderará no sólo del reino del Norte, sino también del reino del Sur. Isaías deja claro que aliarse con Asiria será equivalente a poner el país en las manos de este imperio poderoso de la época, que no durará en dominar y en generar mayor sufrimiento.

 

Acaz insiste en pedir ayuda a Asiria y, por eso, el profeta Isaías (este es el texto de hoy) vuelve a hablarle y le pide que, si no cree en sus recomendaciones, pida a Dios una señal a Dios, para que así pueda decidir lo que es mejor para el país. Ante la terquedad de Acaz (que no quiere pedir a Dios una señal), el mismo profeta da al rey la señal: un niño nacerá, que será llamado ‘Emmanuel’, que significa ‘Dios-con-nosotros’.   No sabemos a quién se refería el profeta con este anuncio, pero – algunos siglos después – los cristianos retomarán este texto y se lo aplicarán a Jesús para confesar su fe: para los cristianos Jesús de Nazaret, el niño nacido de María es ese ‘Emmanuel’ esperado. Su nacimiento, su vida, su misión, su mensaje nos revelará que no sólo Judá, sino la humanidad y la creación entera tendrán futuro.

 

¿Qué nos queda de este texto?

 

  •          La confianza en Dios, que no nos abandona.

 

  •          La certeza de que Dios nos ama y no cesa de venir a nuestro encuentro.

 

  •          La seguridad de que con Dios podemos hacer frente a los problemas y desafíos que se nos presenten.

 

  •          La importancia de discernir para evitar las falsas seguridades.

 

  •          El necesario ejercicio de buscar siempre soluciones que busquen el bien de todos.

 

  •          La posibilidad de salir de la espiral de violencia, fortaleciendo el ejercicio del razonamiento y del diálogo.  


 

Mateo 1,18-24

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

 

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

 

 

En el evangelio, se nos presenta a Jesús de Nazaret como “Dios-con-nosotros”; Dios que viene al encuentro de la humanidad, para ofrecer su amor y hacer una propuesta de salvación, que apela a la conciencia y a la libertad de cada persona.

 

Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto del evangelio de Mateo:

 

  • 1.   La presencia y acción del Espíritu de Dios (el Espíritu Santo) en la vida de María, de José, de Jesús y, también, en la nuestra.

 

  • 2.   Los procesos complejos de comprensión de la presencia y de la acción de Dios. José tuvo que hacer un camino para comprender lo que Dios hacía, lo que le proponía; María, meditaba y guardaba los acontecimientos en su corazón; el mismo Jesús pasó, sin duda por momentos de discernimiento y hasta de crisis (recordemos su oración en el huerto, en medio de la angustia: “Oh Dios, si es posible que pase de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”). También, en nuestra propia vida espiritual, hay proceso complejos que deben ser asumidos, caminos que deben ser recorridos. Ser una persona de fe no significa que automáticamente todo está claro. El mismo san Pablo lo escribió: “Caminamos entre luces y sombras”.

  

  • 3.   Lo que se afirma de José: “...era justo...” ¿Somos justos nosotros? ¿Soy justo en mi pensar, en mi sentir y en mi obrar?

 

  • 4.   La docilidad de José a la voz de Dios, a su revelación, a su orientación: “José hizo como el ángel de Dios le ordenó…”  ¿Tenemos esta misma docilidad? ¿Sabemos escuchar a Dios? ¿Sabemos discernir para distinguir la voz de Dios de otras muchas voces?

 

  • 5.   La insistencia – a través del relato – en que Jesús es Aquel en quien se cumplen las escrituras (lo anunciado por los profetas): “Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que Dios anunció por medio del profeta…” ¿Cómo leemos las Escrituras? ¿Hay una lectura cristiana de los textos bíblicos del Antiguo Testamento?

 

  • 6.   La insistencia en que Jesús es el verdadero “Dios con nosotros”, el Emmanuel de Dios  para la humanidad.

 

El texto propuesto pertenece a la parte del evangelio de Mateo conocida como ‘evangelio de la infancia’.  Este tipo de composición teológica no pretende ser un relato historiográfico de los acontecimientos, sino una catequesis (por tanto, un texto con intencionalidad teológica) destinada a proclamar algunas realidades de fe, centradas en la salvación. Recordemos que el concepto de salvación es un concepto teológico.

 

El texto es presentado bajo la forma de una narración y lo que nos interesa no es la reconstrucción de los acontecimientos, sino percibir lo que la iglesia naciente quiso compartirnos y enseñarnos sobre Jesús:

 

  • 1) Que él es el Mesías,

 

  • 2) Que en Él, Dios desplegó la acción de su Espíritu Santo,

 

  • 3) Que sólo las personas espiritualmente abiertas e inteligentemente dóciles comprenden la acción divina,

 

  • 4) Que lo que se espera del creyente (de todos los tiempos) es esta inteligente docilidad.

 

Hay en el texto otro aspecto que es importante aclarar. En él se mezclan tanto el mensaje teológico como el elemento cultural: La situación de María y José.

 

El matrimonio, en esa cultura y en ese tiempo, se realizaba en etapas: una primera etapa, en la cual los novios se prometían el uno al otro (eran los esponsales); y una segunda etapa, en la que propiamente se hacía el compromiso definitivo (eran las ceremonias del matrimonio propiamente dicho). Entre las dos etapas, pasaba un tiempo más o menos largo, en el cual cualquiera de las dos partes podía echarse para atrás, lo cual podía tener alguna ‘penalidad’.

 

Durante la primera etapa (esponsales) los novios no vivían juntos, pero el compromiso que los dos tenían era serio y tenía carácter estable, de modo que si aparecía un hijo éste era considerado hijo legítimo de la pareja.

 

En este contexto, la infidelidad de la prometida (recordemos que estamos en una cultura patriarcal) era considerada ofensa grave. Además, la unión entro los dos prometidos sólo podía disolverse mediante acta de divorcio. María y José estaban, pues, en situación de prometidos, ya habían celebrado los esponsales. Faltaba la segunda fase del proceso matrimonial.

 

¿Qué es lo que esta catequesis pretende?

 

  • 1.   Enseñarnos que Jesús viene de Dios (afirmación de tipo teológico).

 

  • 2.   Mostrar que Jesús tendrá en la historia una misión y que esta misión depende del proyecto salvador de Dios (afirmación de tipo teológico).

 

  • 3.   Insistir en que Jesús es aquel en quien Dios se revela plenamente a la humanidad; en Él está la plenitud del Espíritu divino y, por eso, es “Dios con nosotros”. (afirmación de tipo teológico).

 

  • 4.   Articular la historia de Jesús con toda la historia pasada del pueblo de Israel, desde el punto de vista de la salvación; por eso se alude al texto del profeta Isaías (primera lectura) y se dice de José que está entroncado con David; por eso el ángel se dirige a él como ‘hijo de David’. (afirmación de tipo teológico).

 

  • 5.   La importancia del nombre en la cultura judía. Pero notemos que el nombre que se da al niño que nace es de contenido claramente teológico.

 

¿Qué nos queda de este texto del evangelio?

 

  • 1.   El llamado a hacer la experiencia de la cercanía amorosa de Dios en nuestra vida.

 

  • 2.   La invitación a reflexionar sobre la salvación. Al fin y al cabo, la presencia de Dios tiene como objetivo la salvación humana.

 

  • 3.   La necesidad de entender la Navidad como una experiencia espiritual intensa, que no debe reducirse a mero festejo social.

 

  • 4.   La figura y ejemplo de José y de María, personas atentas a la voz de Dios y dispuestas a comprometerse con Él, con su proyecto de salvación.

 

  • 5.   La identidad de Jesús de Nazaret: Él es el Cristo de Dios, el Mesías e de Dios. Esta es la afirmación fundamental.  



      

Romanos 1,1-7

Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios

 

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por Él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

 

 

En la segunda lectura, el autor de la carta nos recuerda que el verdadero encuentro con Jesucristo debe transformar a la persona y, de esta transformación (cuando es real), brotará – de manera natural – el testimonio de vida. Es de esta manera que Jesús y su mensaje llega a toda la humanidad y se extiende, de manera silenciosa pero eficaz en todos los ambientes.

  

Puntos clave de la primera lectura. Proponemos los siguientes puntos para la meditación de este texto de la Carta de san pablo a los romanos:

 

  • 1.   El servicio a Jesucristo. Pablo se presenta como servidor de Cristo. El creyente cristiano es (debe ser) servidor, de Cristo y del prójimo ¿Cómo entiendes y vives este servicio?

 

  • 2.   San Pablo habla del Espíritu (Santo) que santifica. La santificación, la santidad es, entonces, una vocación para todo creyente cristiano. Pero es Él el que santifica; no uno el que se santifica a sí mismo. Por eso la relación y la docilidad a este Espíritu es tan importante (es lo que se nos quiere decir, por ejemplo, en el libro de Hechos de los Apóstoles, cuando se insiste en Pentecostés y en la vida de la iglesia naciente, guiada, impulsada y animada por el Espíritu Santo). Pero ¿Cómo entiendes la santidad? ¿Qué esfuerzos haces para colaborar con el Espíritu en este proceso de ‘santificación’?

 

  • 3.   La resurrección comprendida y vivida como piedra angular de todo el ‘edificio’ de la fe. Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe, vana nuestra esperanza.

 

Recordemos que la Carta de san Pablo a los romanos es una carta escrita casi al final de la vida del apóstol Pablo. Pablo se prepara para viajar a Corinto con destino a Jerusalén. El apóstol siente que, habiendo terminado su misión en Asia Menor, debe ir a Occidente (de hecho piensa ir a España).

  

Estamos entre el año 57 y el 58 d.C.. Pablo se encuentra preocupado por el futuro de la Iglesia, pues se evidencian tensiones fuertes entre los cristianos surgidos del judaísmo y los cristianos surgidos del paganismo (es decir, de los demás pueblos distintos del pueblo de Israel).

 

En la comunidad cristiana establecida en Roma estas diferencias parecen sentirse con mucha fuerza. Lo que está en juego es la unidad de la Iglesia y la centralidad de Cristo. Si Cristo es realmente el centro, ya no deberá importar la raza, la pertenencia a un pueblo, la cultura, el nivel social, pues Cristo será el fundamento y el alma de todos los cristianos. Pablo escribe, entonces, para enfatizar en aquello que une a todos los cristianos:

 

  • 1.   Cristo, que es el fundamento. ¿Lo es realmente para mí? ¿Es el fundamento en la construcción del edificio de mi vida? ¿Es el fundamento en la construcción de mis relaciones?

 

  • 2.   La experiencia del Espíritu, que ha sido derramado en los corazones de todos. Es el mismo Espíritu para todos, con diversidad de dones, para enriquecimiento de todos. Afirmará que quien no tiene el Espíritu no es de Cristo, no es de Dios. ¿Puedes decir que tus tendencias, deseos, proyectos y sentimientos están en correspondencia con el Espíritu Santo?

 

  • 3.   La actitud de servicio que debe caracterizar la vida de todos los cristianos. La expresión ‘siervo de Cristo’ no tiene, en Pablo, el sentido de una condición de esclavitud, sino de una opción de vida en el horizonte del bien, a favor de todos. ¿Cómo ejerces esta condición existencial de ‘servidor(a)’?

 

  • 4.   El proyecto salvador de Dios, al cual todo cristiano está vinculado por el bautismo. De este proyecto cada creyente deberá, progresivamente, hacerse consciente y corresponsable.

 

Estos elementos pueden, sin duda, enriquecer nuestra meditación.

 

 

Terminemos nuestra reflexión orando con el…



 

Salmo 24

Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria.

 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / Él la fundó sobre los mares, / Él la afianzó sobre los ríos. R.

 

¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.

 

Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.



 

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